En estos días me encuentro
más hedonista que de costumbre (que no es poco) y me he dejado llevar por los
placeres orientales de un Hamman a mi paso por Marruecos.
¿Alguna vez has estado en
uno? Si no conoces la experiencia te diré algo: Nunca tendrás la piel tan tersa
y suave como a la salida de un gommage (exfoliación).
Hammām o baño árabe, viene de la raíz árabe “hmm”, que en
general se traduce como calor. Pero en algunos dialectos árabes vernáculos
simplemente significa baño o aseo, mientras que en otros significa manantiales
de agua caliente o spa.
Ir a un Hamman no es solo una cuestión de higiene, va mucho
más allá. Es una ritual donde los hombres y mujeres -por separado y en algunos lugares
hasta en horario distinto- cuidan de su cuerpo y de sus almas, es un lugar de
relajación y meditación.
En Marruecos, las mujeres y los hombres van al Hamman al menos
una vez por semana y están mínimo dos horas. Allí se despojan de todas las
células muertas de la piel, las durezas de los pies, se restriegan, enjabonan y
masajean entre ellos, independientemente de que se conozcan o no, es un ritual
muy comunitario y de confianza, y aunque yo no estuve en un Hamman antiguo,
sino en uno más moderno tipo Spa, me encantó la experiencia y quiero repetir.
Al
llegar me hicieron pasar directo al sauna para limpiarme todo el cuerpo con el Savon Noir (Jabón negro Beldi). Es 100%
natural y está hecho a base de pasta de aceitunas negras, sin conservantes ni
perfume. Me embadurné con él y lo dejé actuar unos 10 minutos. Esto hace que se
hinchen las células muertas para que luego flipes con lo que sale de tu piel.
Mientras
estás sentadita en semejante calor (yo a los 5 min. estaba tan acalorada que no
podía más) puedes aprovechar para retirar las durezas de los pies con una
piedra pómez, y pasado el tiempo quitas todo el jabón negro con agua templada.
Luego viene lo mejor: Si has contratado a una Ksela para que te exfolie y masajee, te
va a restregar hasta dejarte la piel roja pero reluciente. Te frotará tanto y
tan fuerte por todo el cuerpo (y me refiero a todo, ¿no he mencionado que solo
llevas bragas?) con un guante como de crin pero mas rugoso llamado Kessa que veras los churruscos de piel
muerta caer a tu alrededor. Tu epidermis soltará tanta suciedad como no has visto nunca-
o al menos yo no lo había visto. Vamos, cualquiera diría que tenía un mes sin ducharme.
Cuando terminó con el gommage la Ksela me dio un masaje rápido pero espectacular que incluyó
crujidos, estiramientos y pequeños golpecitos. Luego una se sumerge todo el tiempo que quieras en una
piscina fría para relajarse y sales de allí como nueva!!
Hay muchas cosas que puedes hacer para acicalarte sola o en compañía
de tu mismo sexo, claro está, que no es occidente. La próxima vez probaré el Rhassoul , una arcilla de color gris que se usa para suavizar
el pelo antes del champú y os contaré!!!
2 comentarios:
Que delicia!! Y algo asi lo conseguimos en otras ciudades, en Europa o America por ej?
Gracias por compartirlo! Dan ganas! Yo quiero!
Hola Ingrid, pues en Inglaterra y España hay spa que ofrecen algo parecido, pero por supuesto no es comparable al servicio que puedes tener en un baño turco original cómo un Hamman... me alegra te haya gustado, gracias por tu comentario ;)
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