20 jun 2012

Vamos a un Hammam: Relájate y Disfruta


En estos días me encuentro más hedonista que de costumbre (que no es poco) y me he dejado llevar por los placeres orientales de un Hamman a mi paso por Marruecos.

¿Alguna vez has estado en uno? Si no conoces la experiencia te diré algo: Nunca tendrás la piel tan tersa y suave como a la salida de un gommage (exfoliación).
Hammām o baño árabe, viene de la raíz árabe “hmm”, que en general se traduce como calor. Pero en algunos dialectos árabes vernáculos simplemente significa baño o aseo, mientras que en otros significa manantiales de agua caliente o spa.


Ir a un Hamman no es solo una cuestión de higiene, va mucho más allá. Es una ritual donde los hombres y mujeres -por separado y en algunos lugares hasta en horario distinto- cuidan de su cuerpo y de sus almas, es un lugar de relajación y meditación.
En Marruecos, las mujeres y los hombres van al Hamman al menos una vez por semana y están mínimo dos horas. Allí se despojan de todas las células muertas de la piel, las durezas de los pies, se restriegan, enjabonan y masajean entre ellos, independientemente de que se conozcan o no, es un ritual muy comunitario y de confianza, y aunque yo no estuve en un Hamman antiguo, sino en uno más moderno tipo Spa, me encantó la experiencia y quiero repetir.


Al llegar me hicieron pasar directo al sauna para limpiarme todo el cuerpo con el Savon Noir (Jabón negro Beldi). Es 100% natural y está hecho a base de pasta de aceitunas negras, sin conservantes ni perfume. Me embadurné con él y lo dejé actuar unos 10 minutos. Esto hace que se hinchen las células muertas para que luego flipes con lo que sale de tu piel.
Mientras estás sentadita en semejante calor (yo a los 5 min. estaba tan acalorada que no podía más) puedes aprovechar para retirar las durezas de los pies con una piedra pómez, y pasado el tiempo quitas todo el jabón negro con agua templada.


Luego viene lo mejor: Si has contratado a una Ksela para que te exfolie y masajee, te va a restregar hasta dejarte la piel roja pero reluciente. Te frotará tanto y tan fuerte por todo el cuerpo (y me refiero a todo, ¿no he mencionado que solo llevas bragas?) con un guante como de crin pero mas rugoso llamado Kessa que veras los churruscos de piel muerta caer a tu alrededor. Tu epidermis soltará tanta suciedad como no has visto nunca- o al menos yo no lo había visto. Vamos, cualquiera diría que tenía un mes sin ducharme.


Cuando terminó con el gommage la Ksela me dio un masaje rápido pero espectacular que incluyó crujidos, estiramientos y pequeños golpecitos. Luego una se sumerge todo el tiempo que quieras en una piscina fría para relajarse y sales de allí como nueva!!


Hay muchas cosas que puedes hacer para acicalarte sola o en compañía de tu mismo sexo, claro está, que no es occidente. La próxima vez probaré el Rhassoul , una arcilla  de color gris que se usa para suavizar el pelo antes del champú y os contaré!!!